Para garantizar que los productos que consuman los ciudadanos de la Unión Europea (UE) no contribuyan con la destrucción y degradación del medio ambiente, el Parlamento Europeo, aprobó a finales del año pasado, un acuerdo político, para una nueva normativa que cierra a América, las posibilidades de exportar alimentos e insumos, hacia el viejo continente, que pongan en riesgo el ecosistema mundial.
Además, el Parlamento Europeo con estas restricciones pretende reducir las emisiones de carbono causadas por el consumo y la producción de los productos básicos de la UE, en al menos 32 millones de toneladas métricas al año, medida que empezó a regir a finales de abril del año en curso.
Las empresas que deseen vender en la UE madera o caucho, muebles, chocolates, café, cacao, elaborados con estas materias primas: aceite de palma, soya y carne de res y sus derivados, deben haber respetado las normas establecidas en cuanto a espacios utilizados para su cultivo, y tomar en cuenta, otras reglas relacionadas y que no contribuyan a desmejorar nuestro cosmos o hábitat.
La medida forma parte de un plan de acción amplio destinado a combatir la deforestación y la degradación forestal, esbozado por primera vez en la Comunicación de la Comisión de 2019 titulada «Intensificar la acción de la UE para proteger y restaurar los bosques del mundo». Este compromiso fue confirmado posteriormente por el Pacto Verde Europeo, la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030 y la Estrategia «De la Granja a la Mesa».